François Bérenger Saunière nació en 1852 en el pueblo de Montazels (453 habitantes). Era hijo de Marguerite Hugues (1833-1909) y Joseph Saunière (1823-1895), siendo el mayor de once hermanos, algunos fallecidos al nacer.
Según conocemos, Saunière tuvo una personalidad marcada y dura, era muy independiente y fue fundamentalista católico y antirrepublicano declarado.
Estudió primaria en la escuela de St. Louis, en la comuna de Limoux. Ingresó en el seminario de Carcassonne en 1874. Fue ordenado sacerdote en 1879. Sirvió de vicario en Alet-les-Bains hasta el 16-6-1882 que fue ordenado sacerdote de Le Clat, un pequeñísimo pueblo del pirineo francés hasta que fue destinado en julio de 1885 a Rennes-le-Château, un pueblo de tan solo 298 habitantes.
A tres meses de su llegada protagonizó un incidente debido a la celebración de las elecciones del 4 y el 18 de octubre de 1885. Saunière dio un sermón antirepúblicano desde el púlpito de la iglesia. El ministro de culto solicitó su traslado y suspensión. Fue destinado durante 6 meses como profesor del Seminario de Narbonne y restablecido como cura de Rennes-le-Château el 1 de julio de 1886.
Saunière inició en julio de 1887 una modesta restauración de la iglesia de Santa María Magdalena para realizar el cambio del altar, estas obras se debieron a una donación de 700 francos. En el transcurso de las obras parece ser que descubrió algo.
Empieza la época de los grandes gastos del párroco, con las remodelaciones de la iglesia en los años sucesivos, la construcción de Villa Bethania, la Torre Magdala, los jardines, las compras de licor, comida abundante y buen vestir, etc.
Saunière recibió el 15 de enero de 1909 una carta del Obispado para ser trasladado a Coustouge pero fue interpelado por la Diócesis de Carcassonna el 1 de febrero de 1909 al negarse al traslado de parroquia y obligado a presentar las cuentas de sus gastos e ingresos. Empieza el proceso jucidial. Bérenger solo logró justificar 36.000 fr. de ingresos frente a los 193.700 fr. de gastos que suponían todas las mejoras en la iglesia y la construcción de Villa Bethania y la buena y acomodada vida que llevaba el sacerdote.
Fue condenado oficialmente en 1911 a un suspenso «A divinis» y acusado de «tráfico de misas«. La condena del «A Divinis» sería hasta presentar la totalidad de las cuentas. Saunière no lo hizo. Alegó su condena frente al Tribunal de Roma desde 1911 a 1915 bajo su abogado Eugène Huguet. La condena del Tribunal de la Diócesis se vio ratificada por el Tribunal de Roma el 3 de julio de 1915. Vivió el resto de su vida sin ser sacerdote pero Saunière hizo caso omiso a su condena y perpetraba misas en la capilla privada de Villa Bethania para los pocos feligreses que le eran fieles, entre ellos Marie Denarnaud. Continuó con el tráfico de misas, esta vez a una escala mucho menor.
Sufrió un infarto cerebral el 17 de enero de 1917 y murió el día 22 del mismo mes.
