Antoine Bigou es uno de los personajes clave en el enigma. Fue sacerdote de Rennes-le-Château de 1776 a 1789-1791-2-4 —más adelante os hablo de este baile de fechas—, sucediendo a su hermano Jean Bigou, del cual fue inicialmente su ayudante, entre 1774 y 1776.
La última declaración de Antoine Bigou en el registro parroquial de Rennes-le-Château fue redactada el 12 de diciembre de 1789 a partir de esa fecha existe un vacío en los registros hasta el 13 de agosto de 1791. En realidad existen varias anotaciones de bodas civiles realizadas. Aparecen sin ningún tipo de firma en referencia al oficiante pero que según un papel anexo, firmado por el juez Captier de Limoux, estarían supervisadas por las autoridades civiles. El registro parroquial fue retenido por las autoridades, recordemos que en 1789 estalla la revolución francesa, la toma de la bastilla el 14 de julio, etc. Esta anotación corresponde a un acta de bautismo y aparece firmada por l’Abbé Jean-Antoine Camp quien asumió el cargo de cura ya a las ordenes de las nuevas autoridades y sucediendo a Antoine Bigou. Esta transición refleja los cambios significativos que estaban ocurriendo en Francia en ese momento, donde la Iglesia y el Estado estaban experimentando una reestructuración profunda.
En 1791, específicamente el 10 de marzo, Antoine Bigou enfrentó un momento crucial: rechazó hacer el juramento a la nueva constitución civil del Clero. Este evento se inscribe en el contexto de la Revolución Francesa, durante la cual se promulgó la Constitución Civil del Clero en 1790. Esta legislación reestructuró la Iglesia en Francia, exigiendo que los clérigos juraran lealtad a la nación y a la ley, en lugar de a la autoridad papal.
El rechazo del juramento por parte de Bigou tuvo consecuencias significativas. Dos años después, el 1 de marzo de 1793, se realizó un inventario de sus bienes para ser secuestrados por los representantes del Estado. Este acto fue una respuesta directa a su negativa a aceptar la nueva estructura eclesiástica impuesta por las autoridades revolucionarias.
Durante este tiempo, Bigou residía en Quillan, como se documenta en un registro del distrito de Limoux, fechado el 23 de agosto de 1792. Este documento enumera a todos los religiosos en función, residencia o que recibían un tratamiento en el distrito de Limoux, evidenciando la continua implicación de Bigou en asuntos eclesiásticos, aunque fuera de Rennes-le-Château.
No se sabe con exactitud cuándo dejó Quillan para trasladarse a Collioure, pero es allí donde Antoine Bigou falleció el 20 de marzo de 1794. Su muerte en Collioure marca el final de su trayectoria, tanto personal como eclesiástica, en un periodo de gran convulsión social y política en Francia.
La “belle histoire” y Antoine Bigou
Al ser sacerdote de la parroquia de RLC, el mito le otorga la categoría de confesor de la dama Marie de Nègre d’Ables, Dame d’Hautpoul de Blanchefort, quien recibió de ella un gran secreto en el momento de su muerte. Tras una larga reflexión, supuestamente también fue quien codificó el secreto, ocultándolo junto con otros documentos en el interior del pilar visigótico que sostiene el altar de su iglesia de Santa Magdalena. Se supone que también fue quien hizo grabar la famosa lápida sepulcral en 1781. A finales de 1792, fue declarado cura refractario y se vio obligado a huir, según los Dossiers Secrets a Sabadell, en Barcelona, donde vivió hasta su muerte. Según los Dossiers Sécrets, antes de su fallecimiento, transmitió oralmente el “gran secreto” al abad Cauneille, exiliado como él y del que existen documentos que nos acreditan su estancia en España junto a su obispo, también exiliado. Cauneille lo confió a su vez a otros.
Sin embargo, a principios de 2009, un investigador francés, Michel Vallet, aportó un nuevo descubrimiento sobre el certificado de defunción de Bigou, documento hallado en el registro parroquial de la antigua iglesia de Collioure, en la comarca del Rosellón. El escrito dice textualmente:
“Collioure a 21 de Marzo de 1794.
Se da sepultura eclesiástica en Collioure a Antoine Bigou, cura de la parroquia de Rennes-Le-Château, de la diócesis de Alet, a la edad de 75 años, fallecido el día anterior. Dando testimonio de ello Frere y Joseph Berge, sacerdotes de la Iglesia de Collioure y que firman este documento.“
La afirmación de la muerte en Sabadell queda invalidada tras la aparición del certificado de muerte de Antoine Bigou en Collioure. Collioure era un terreno disputado por las tropas españolas en aquella época y en apenas unos meses se produjeron varios cambios de frontera, por lo que un día te levantabas en territorio español y al día siguiente te acostabas en territorio francés, por lo que casualmente Bigou muere bajo dominio español, un dominio que duró apenas unos meses. Siempre se dio por sentado que Bigou había fallecido en Sabadell (Barcelona), ya que fue allí donde la mayoría de los eclesiásticos franceses acusados de refractarios huyeron siguiendo a su obispo Charles de la Cropte de Chanterac, quien al morir fue enterrado en la iglesia de esa localidad a la edad de 70 años, el 27 de abril de 1793 .
Otro certificado pone en duda la versión de los Dossiers Secrets, concretamente en aquello que se refiere al exilio voluntario de Bigou en España. Es el documento en el que se especifica el secuestro de todos sus bienes eclesiásticos a la recién instituida República Francesa. Lo interesante de este escrito es la fecha y lugar de expedición, el 25 de junio de 1793 en Rennes-le-Château, momento en el que según los Dossiers Secrets supuestamente ya se encontraba en el exilio.
A la luz de ambos documentos, vemos que hacía tan sólo 12 meses desde su donación de bienes hasta el momento de su muerte. Así, como indica el certificado de muerte, “cura de la parroquia de Rennes-Le-Château”, Bigou continuaba siendo, como mínimo para las autoridades eclesiásticas que le enterraron, sacerdote de la iglesia de RLC a su fallecimiento en 1794. Esto contradice totalmente la historia del exilio, popularizada por los Dossiers Sécrets.
Algunos investigadores, tal vez por intereses manifiestos, comenzaron a difundir rumores, después del hallazgo del certificado de defunción, sobre un posible retorno a Francia tras un breve periodo de exilio, pero como ya hemos comentado e indica el propio documento, Bigou nunca dejó de ser el párroco de Rennes. Vemos cómo el mito se adapta a los nuevos descubrimientos y, mientras anteriormente se aceptaba su muerte en Sabadell, ahora se opta por esta nueva teoría “del regreso” que, como mínimo, resulta totalmente incierta. Es muy posible que Bigou jamás se exiliara en España.