Marie Dénarnaud nació el 12 de agosto de 1868 en Espéraza, hija de Guillaume Denarnaud y Alexandrine Marre. La familia se trasladó a Rennes-le-Château en 1878, donde Alexandrine y Marie se encargaban de la decoración de los altares y la sacristía de la iglesia, siendo elogiadas por su conducta edificante.
Cuando Saunière llegó a Rennes-le-Château en 1885, se instaló inicialmente en la casa de Alexandrine Marre, pero no fue hasta 1891 cuando los Denarnaud se mudaron al presbiterio para prestar servicio. Marie asumió gradualmente las responsabilidades de su madre como sirvienta y se convirtió en una figura cercana a Saunière, asumiendo el rol de su confidente y cómplice.
La relación entre Marie y Saunière fue objeto de especulación, especialmente después de que Saunière la nombrara heredera de todo su patrimonio en su testamento de 1912. Esta acción sugiere una relación de confianza y cercanía significativa. Marie fue vista frecuentemente vistiendo a la moda de París y luciendo joyas que Saunière le regalaba, lo que alimentó rumores sobre la naturaleza de su relación.
Durante la estadía de Saunière en Prouille, él y Marie mantuvieron una correspondencia regular, evidenciando una conexión profunda entre ambos. Se sugiere que Marie estuvo involucrada en las actividades económicas de Saunière, incluyendo la gestión de giros postales y la posible administración de fondos obtenidos de maneras cuestionables. Gérard de Sède, en su libro “El oro de Rennes”, insinúa indirectamente sobre la complicidad de Marie en las actividades de Saunière.
La llegada de la familia Corbu a la historia de Rennes-le-Château ocurrió después de la muerte de Saunière. En 1946, Marie, a través de un testamento, nombró a Noël Corbu y su esposa como sus herederos universales, transfiriendo así el patrimonio de Saunière a ellos.
Marie falleció el 29 de enero de 1953, sin revelar un gran secreto que prometió compartir con Noël Corbu, debido a un derrame cerebral que la dejó incapacitada.