François-Albert Leuillieux, nacido el 17 de diciembre de 1823, fue una figura destacada en la iglesia católica francesa durante una era de transformaciones sociales y eclesiásticas. Inició su carrera en la parroquia de Saint François de Sales en Boulogne-sur-Mer, donde se destacó por su dedicación a la comunidad y su fe sólida. Esta etapa temprana en su carrera lo estableció como un líder eclesiástico comprometido.
El 16 de diciembre de 1872, su liderazgo y habilidades administrativas lo llevaron a ser nombrado obispo de Carcasona. Durante su mandato, enfrentó retos significativos debido al creciente anticlericalismo y los esfuerzos por secularizar la sociedad, particularmente tras el colapso del Segundo Imperio Francés y el surgimiento de la Tercera República Francesa. Este nombramiento fue notificado en “Le Gaulois” el 22 de diciembre de 1872, marcando un hito importante en su carrera eclesiástica.
Leuillieux fue transferido a Chambéry como arzobispo el 24 de julio de 1881. Allí, continuó su labor pastoral con dedicación, dejando una huella indeleble en la región y en la Iglesia Católica de Francia. Uno de sus logros más destacados fue la creación de la “campana Saboyarde” en 1891, la campana más grande de Francia, destinada a la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre en París. Esta campana simboliza su amor por el arte sacro y su impacto en la comunidad religiosa.
Además, desempeñó un papel crucial en la construcción de la “Chapelle du Saint Sang” y en la iglesia de la parroquia Saint François de Sales en Boulogne-sur-Mer, siendo un promotor importante de la arquitectura religiosa.
Leuillieux falleció en el cargo el 11 de mayo de 1893, dejando un legado de servicio devoto y amor por el arte sacro. También estuvo involucrado en varios aspectos de la gestión eclesiástica, incluyendo asuntos financieros y políticos. Se le relaciona con la Liga de Derechas, un grupo ultranacionalista e imperialista, y se sugiere que tuvo influencia en la carrera de otros sacerdotes, como Henri Boudet y Saunière.
En su escudo de armas, llevaba el lema “In fide et lenitate”, que refleja su enfoque de liderazgo con fe y mansedumbre. La vida y obra de Leuillieux se entrelazan con la historia de Francia, evidenciando su papel en un período de cambios y desafíos en la iglesia y la sociedad.